Hace
mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro
encontró un árbol con un cartel que decía: soy
un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El
niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, tan-ta-ta-chán,
y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo:
"¡¡por
favor, arbolito!!",
y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba
oscuro, menos un cartel que decía: "sigue
haciendo magia".
Entonces el niño dijo "¡¡Gracias,
arbolito!!",
y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino
hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
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.....FIN.....
JUAN JOSÉ
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